¿Cómo cambiar mi diálogo interno negativo?

Muchas de las circunstancias que te hacen infeliz tienen que ver con el diálogo interno que te haces a ti misma. Ya que el cómo te hablas se traducirá en cómo te tratas.

Cualquier persona podría estar recibiendo ahora mismos malos tratos de sí misma e incluso sufrir desde su propia mente, sin ser consciente de ello.

María, que es periodista, es capaz de agrandar las desgracias y empequeñecer las virtudes. Cuando llega tarde a las sesiones comenta: tráfico intenso, caos total. Cuando tiene una discrepancia con su pareja manifiesta: novio machista…tragedia doméstica

María quiere perder peso y los medicamentos le hacen retener líquidos y no bajar de peso dice…medicamento sospechoso produce daños irreparables.

María está siendo víctima de un diálogo interno que se caracteriza por catastrofizar todo lo malo y minimizar lo bueno. El diálogo interno de María se basa en exagerar los problemas para hacerlos mucho más importantes de lo que son y minimizar sus buenas cualidades personales o las cosas buenas que le ocurrían.

Esto es muy frecuente en la mente humana, es una costumbre de la que no somos consciente porque articulamos nuestros pensamientos siguiendo un hábito, aunque parezca mentira es la costumbre la que nos hacer ser quienes somos, la que nos hace tropezar siempre con la misma piedra y caer en un círculo vicioso que nos complica la vida.

Un diálogo interno consistente en exagerar los problemas y menospreciar las cosas buenas produce mucha ansiedad.

Cuando le hablo a María de ello, manifiesta que es una manera de hablar. El problema es que las palabras tienen el poder de sugestionarnos y de hacernos creer de verdad en aquello que parecía una manera inocente de hablar.

Cada vez me doy más cuenta lo devastadora que puede ser la sugestión negativa y del poder de las palabras y del daño que nos hace esta particular forma de hablarnos.

Todos necesitamos reciclar nuestros pensamientos y limpiar la basura de nuestra mente de forma regular.

Necesitamos aprender a diseñar nuestro mensaje y nuestro diálogo, para evitar ciertos traumas, además veremos cómo habla la gente a nuestro alrededor y lo fácil que es hacerse daño a uno mismo.

Seamos redactores jefes de nuestras palabras. Cambia los titulares que utilizas para hablarte.

La manera en que te hablas es también la MANERA EN QUE TE TRATAS y eso influye en cómo te tratan los demás.

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